lunes, 7 de marzo de 2016

Menos de la mitad de los estudiantes españoles aprenden dos o más lenguas



Unos estudiantes realizan un examen en Sevilla - VANESSA GOMEZ
EUROPA PRESSBruselas

El 45,7% de los alumnos de Educación Primaria y Secundaria en España ha estudiado dos o más lenguas en la escuela en 2014 frente al 59,9% de media en la Unión Europea y porcentaje que sitúa a los españoles entre los menos políglotas, según un estudio sobre el aprendizaje de lenguas publicado este lunes por la oficina estadística comunitaria Eurostat.
Junto con España, los países donde los alumnos estudian menos lenguas son Hungría (6,3%), Irlanda (7,9%), Austria, (9,5%), Bulgaria (17%) y Bélgica (26,1%), mientras que, por el contrario, los países con mayor porcentaje de alumnos que aprenden al menos dos o más lenguas en la escuela son Luxemburgo (100%), Finlandia (98,5%), Italia (98,4%), Estonia (96,3%) y Rumanía (95,6%).
En el conjunto de la UE, unos 11 millones de alumnos o el 59,9% han estudiado dos o más idiomas en la escuela en 2014 y alrededor de 18 millones, equivalentes al 98,6%, ha estudiado al menos una, según los datos del informe sobre el aprendizaje de lenguas por los alumnos europeos con edades comprendidas desde los 11 y 12 años hasta el final de la edad secundaria obligatoria.
El inglés es de lejos la lengua mayoritariamente aprendida como idioma extranjero, que estudia el 97,3% de los alumnos, unos 17 millones en toda la UE y el 100% en el caso de los alumnos en España, Dinamarca, Italia, Luxemburgo, Malta y Suecia. Todos escogen el inglés como primera lengua extranjera, salvo en el caso de belgas e irlandeses, que optan por el francés, y los luxemburgueses, que escogen el alemán.

El español, cuarto idioma más estudiado

El español, que estudian dos millones de alumnos o el 13,1%, es elcuarto idioma más estudiado en la Unión Europea, sólo por detrás del inglés, el francés (que estudian cinco millones de alumnos o el 33,7%) y el alemán (que estudian tres millones, equivalentes al 23,1%).
Los estudiantes suecos (43,9%) y franceses (37,8%) son los que más optan por aprender el español como segunda lengua extranjera.
El ruso, que estudian el 2,7% de los estudiantes en la UE, se convierte en la segunda lengua extranjera no comunitaria más popular en los países bálticos (Lituania, Estonia y Letonia) y Bulgaria.

viernes, 4 de marzo de 2016

El español, cuarta lengua extranjera en colegios UE con 2 millones de alumnos

El español, cuarta lengua extranjera en colegios UE con 2 millones de alumnos
El español, cuarta lengua extranjera en colegios UE con 2 millones de alumnos
El español es el cuarto idioma extranjero que más se imparte en los colegios de educación secundaria de la Unión Europea (UE), con 2 millones de alumnos que equivalen al 13,1 % del total de estudiantes europeos, según datos publicados hoy por la oficina comunitaria de estadística, Eurostat.
El castellano se sitúa por detrás del inglés, la primera lengua extranjera de estudio que se imparte en la práctica totalidad de los colegios y tiene a 17 millones de alumnos (97,3 %); el francés, segundo lenguaje con 5 millones de estudiantes (33,7 %); y el alemán, que estudian 3 millones de alumnos (23,1 %).
Los dos países en los que el español fue la segunda lengua extranjera más estudiada en 2014 -por detrás del inglés- fueron Suecia, donde el 43,9 % de los alumnos recibe clases de castellano, y Francia (37,8 %), según el Eurostat.
En el vecindario de la Unión Europea, Noruega también se une a esta tendencia, con un 32 % de alumnos que estudian el castellano.
Además, el estudio informó de que el 98,6 % -18 millones- de los alumnos de secundaria de la UE aprenden al menos un idioma extranjero y el 60 % -11 millones- dos lenguas.
En España, el 100 % de los alumnos matriculados en la ESO estudian inglés, de los cuales el 45,7 % estudia una segunda lengua que generalmente es el francés (el 41,1 % de estos alumnos estudia el idioma galo).
Los países donde es más popular estudiar al menos dos idiomas extranjeros son Luxemburgo (100 % de los estudiantes), Finlandia (98,5 %), Italia (98,4 %), Estonia (96,3 %) y Rumanía (95,6 %), mientras que Hungría (6,3 %), Irlanda (7,9 %) y Austria (9,5 %) registraron las tasas más bajas al respecto.
El inglés es con diferencia el idioma más impartido en los colegios de secundaria europeos, y de hecho todos los alumnos matriculados en España, Dinamarca, Italia, Malta y Suecia reciben clases en inglés.
Le sigue el francés, el idioma extranjero más estudiado en Irlanda (60 %) y Bélgica -donde también es idioma oficial en parte del país- (51,9 %), y la segunda lengua más impartida en siete Estados miembros de la UE, entre los que además de España figuran Chipre (88,1 %), Rumanía (84,6 %), Italia (67,7 %) y Portugal (64,7 %).
El alemán es el segundo idioma más impartido en ocho Estados miembros, teniendo las tasas de estudio más altas en Luxemburgo (100 %), Dinamarca (73,6 %), Polonia (69 %) y Eslovaquia (55,2 %).
El ruso es el idioma no oficial de la UE que más se estudia en Europa, especialmente en Lituania (66,7 %), Estonia (64,7 %) y Letonia (60,4 %), donde es la segunda lengua más impartida.

jueves, 3 de marzo de 2016

El francés resurge como lengua de futuro y expansión de comunicación mundial

Hemos pasado a un nuevo paradigma. El ciudadano del mundo no se puede conformar con el aprendizaje exclusivo y cada vez más perfeccionado de una lengua extranjera en todas sus competencias; el mundo actual pide plurilingüismo”, sostiene la doctora Maria Teresa Garcia-Castanyer, comisionada para el Multilingüismo en la Universidad de Barcelona (UB). Un cambio de paradigma, avalado por el Consejo de Europa, que obliga a estudiantes y profesionales a ser competentes en distintas lenguas y en diferentes niveles. Un nuevo mundo políglota que ya está cambiando el entorno educativo, desde primaria a la universidad, y modificando las demandas del mercado laboral.
“Cuantas más lenguas domines, más fuerte será tu currículum”, advierte Gina Aran, profesora colaboradora de los estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). “Si tienes un segundo idioma, mucho mejor, porque hay empresas que piden dos idiomas. El inglés es excluyente, imprescindible, y una segunda lengua como el francés o el alemán es un valor añadido, pero sin inglés es prácticamente imposible”, remarca Natàlia Segura, profesora del módulo de personas del MBA de la Universitat Rovira i Virgili (URV).
Otro cambio notable se está produciendo en la nueva sociedad multilingüe. El dominio de una, dos o más lenguas extranjeras, con el inglés con un puesto hegemónico, ha dejado de ser una demanda casi exclusiva para ocupar determinados cargos directivos y puestos de trabajo muy calificados o especializados. “La tendencia es que la necesidad de un dominio del inglés a nivel elevado se vaya generalizando”, argumenta Ferran Mañé, director del Observatorio de la Ocupación de la URV.
Planeta anglófono
El inglés mantendrá su papel hegemónico como la gran lengua franca internacional
La exigencia de disponer de un nivel alto del inglés, prácticamente bilingüe, especialmente oral pero también para las comunicaciones escritas, se ha extendido de forma masiva entre los puestos directivos y cargos de responsabilidad. “Hace 20 años, un 85% de las posiciones pedían el inglés; ahora es el 100%. Sin un conocimiento muy alto de inglés es muy difícil que se pueda encontrar un trabajo en este tipo de cargos directivos, incluso en empresas familiares”, constata Segura a partir de su experiencia.
“Estamos en un mundo muy globalizado y competitivo, y la formación, la experiencia y los idiomas son los tres factores que marcan el currículum; el conocimiento de lenguas extranjeras está en la tríada”, añade Aran, experta en talento, directora de una consultoría de recursos humanos (Inginium) especializada en la selección de personal. “Ahora el inglés se exige para cualquier trabajo”, insiste.
El mundo profesional actual pide cada vez más que haya una diversidad de competencias lingüísticas para distintos idiomas, sin que sea imprescindible llegar al nivel máximo en el aprendizaje exclusivo de una determinada lengua extranjera; lo que sí es necesario es ser competente en distintas lenguas. “Hemos pasado de un paradigma de enseñanza para alcanzar el nivel máximo de las cinco competencias en una lengua, a ser políglota en distintos niveles y competencias”, explica Garcia-Castanyer.
Diferencia el currículum
Los idiomas son junto a la formación y la experiencia los tres factores determinantes
Inmersos en este nuevo escenario, donde la diversidad lingüística es también un patrimonio a conservar, una de las dudas más recurrentes que surgen entre estudiantes y profesionales es qué lengua extranjera escoger además del inglés. El sector profesional y el ámbito geográfico en el que pensemos movernos son dos de los elementos claves. La nacionalidad de las empresas en las que se aspire trabajar o progresar también puede ser determinante.
“El alemán es muy sectorial, su presencia es importante en la automoción, la farmacia o la química. El francés tiene más demanda como segunda lengua en empresas culturales, del mundo de la moda, en el sector de la gastronomía o las artes escénicas”, ejemplifica Aran, que justamente ha impartido esta semana una conferencia en francés en una escuela de negocios de Barcelona que está explorando las relaciones comerciales entre España y el Quebec (Canadá). Se trata de una región con una elevada demanda de mano de obra cualificada que aparece como una oportunidad para jóvenes catalanes con formación universitaria pero grandes dificultades para encontrar en su país empleos acordes con su titulación. El francés es requisito indispensable.
Josep Maria Pàmies acaba de promocionar en la compañía en la que trabaja, Equatorial Coca-Cola Bottling. Con constantes viajes por la docena de plantas que la empresa tiene instaladas en países africanos como Argelia, Marruecos, Gambia, Guinea o Liberia, el conocimiento del francés es en su caso imprescindible en la comunicación con los técnicos y responsables de las distintas factorías. “Cuando me ficharon como mínimo lo entendía y lo hablaba, fue algo que valoraron al ofrecerme el puesto. Todas nuestras comunicaciones oficiales utilizan los tres idiomas: castellano, inglés y francés”, dice Pàmies. Este directivo, máster MBA (URV), que sigue estudiando francés para perfeccionar su nivel, destaca su segunda lengua extranjera como “una herramienta muy útil en las relaciones laborales, porque en el continente africano se utiliza mucho el francés”.
Estrategia personal
El ámbito profesional, la cercanía y el peso económico, claves para elegir un segundo idioma
El ámbito geográfico profesional es clave para escoger el segundo o tercer idioma extranjero, porque no es lo mismo vivir y trabajar en el sur de Europa que hacerlo en los países nórdicos. En el norte y el centro de Europa es muy común el aprendizaje y dominio del idioma de los países vecinos o más próximos. El francés, por su presencia en los cinco continentes, el volumen de hablantes, 270 millones, y su expansión prevista (750 millones de hablantes en el 2050), está emergiendo como lengua internacional. Atrás quedan los años en los que muchos consideraron la lengua de Molière como pasada de moda ante el auge fulgurante del inglés.
Justamente la disminución drástica de docentes de lengua francesa, coincidiendo con dos décadas de expansión anglófona, ha empezado a generar problemas para encontrar profesores titulados. Muchos de los maestros que han enseñado el francés en Catalunya desde los años 80 ahora están llegando a su edad de jubilación. La Asociación de Profesores de Francés (APF), muy consciente de la problemática, ya está trabajando en el asunto. “Falta una respuesta política más decisiva”, aboga Garcia-Castanyer.
Mientras tanto está creciendo la demanda para incorporar el francés como idioma. Para un total de 500 plazas subvencionadas que se ofertaron el pasado año en Catalunya para cursar la secundaria con el francés como segunda lengua extranjera, se presentaron más de un millar de solicitudes. El papel del alemán fue prácticamente residual.
“El francés es una lengua de futuro, con expansión, pero lo que es más de futuro es que un ciudadano europeo acabe teniendo competencias lingüísticas en más de dos lenguas extranjeras”, amplia la profesora Garcia-Castanyer. Poder leer y escribir en francés y expresarse bien oralmente en inglés; dominar el inglés hablado y escrito y también poder interaccionar en italiano y francés. Las posibilidades, casi infinitas, en base al nivel de aprendizaje de las cinco competencias: producción oral y escrita, expresión oral y escrita y la interacción oral.
El multilingüismo ejerce un papel que puede ser determinante a la hora de intentar diferenciar nuestro perfil profesional en un mercado laboral cada vez más competido donde se han difuminado las fronteras. El aprendizaje del francés para los hablantes de lenguas románicas como el catalán o el castellano es tarea además más rápida y factible que intentar incorporar otras lenguas, como ha pasado en los últimos años con el auge del chino o el ruso.
Los expertos en selección de personal aconsejan encarecidamente trabajar en el aprendizaje de lenguas extranjeras, también en profesionales que han alcanzado la madurez pero quieren progresar en su compañía, cambiar de empleo o encontrar nuevas oportunidades. “Recomendamos que la gente se ponga las pilas, porque vemos gente muy válida que se queda fuera de los procesos de selección por los idiomas; les aconsejamos que hagan lo que puedan para mejorar”, explica Segura.
ESTEVE GIRALT

miércoles, 2 de marzo de 2016

Que piensan los profesores nativos de nuestra forma de aprender inglés?

Han irrumpido con fuerza en la educación española como el bastón que le faltaba para poder cumplir el sueño de los colegios e institutos bilingües. Y, además, tienen un punto de vista muy diferente

Que las cosas han cambiado en lo referente al aprendizaje de idiomas en España es evidente, y quizá el ejemplo más elocuente sea la fuerte apuesta que, desde diferentes comunidades autónomas, se ha realizado para que los colegios e institutos pasen a ser bilingües. Una inversión que, como todas, ha encontrado no pocas dificultades. La más clara, que la mayor parte del cuerpo docente español no controla a la perfección el idioma inglés, o lo hace de manera insuficiente para mantener conversaciones, impartir clases en inglés de manera íntegra o preparar los procesos de evaluación externa que se llevan a cabo en diversas comunidades.

Ahí es donde entran en juego los auxiliares de conversación que, poco a poco, se están haciendo imprescindibles en los colegios de toda España. En Madrid, por ejemplo, había ya unos 1.900 en las aulas durante el curso 2014/2015. Por así decirlo, el suyo es un pacto 'quid pro quo': los nativos pasan unas horas en el colegio, aprenden el idioma y la cultura y, a cambio, ayudan a los profesores y a los alumnos con el idioma desde su posición privilegiada de profesores nativos. En concreto, a la hora de mantener conversaciones en inglés con los estudiantes o prepararlos para exámenes externos.
Los niños no tienen vergüenza de nada. Creo que dentro de 10 años, España estará al nivel del resto de Europa, incluso de los países escandinavos

El Confidencial ha reunido a cuatro de ellos gracias a Cambridge English Languague Assessment, encargada de formarlos, y su experiencia es una buena guía para entender en qué punto nos encontramos en el aprendizaje del inglés y qué podemos hacer para mejorarlo. Sus nombres son Christopher Archevald (de las Escuelas Pías de Navarra), Tim Maxwell (del Santísimo Sacramento de Pamplona) y Natalia Hokin (del Colegio Zola de Madrid), los tres estadounidense (y Alisha Tupchong, que acababa de aterrizar desde Canadá para dar clase en el colegio Safa de Úbeda) y ninguno supera los 30 años. Sin embargo, son optimistas, a pesar de las resistencias. Como asegura Tim, “Los niños no tienen vergüenza de nada. Creo que dentro de 10 años, España será como el resto de Europa, como Noruega”. Está claro que el proceso es imparable: “Algunos alumnos de cuarto de primaria hablan mejor que los de cuarto de ESO. Lo hacen sin vergüenza ni miedo, y la evolución va a mejor”, explica Chris. Algo en lo que coinciden todos los entrevistados pero, ¿qué nos falta por ahora?

Yes, we... can?

Conocer a tres profesores estadounidenses y una canadiense resulta muy positivo para la autoestima: todos coinciden en que el esfuerzo que los españoles hacemos por hablar lenguas extranjeras (inglés, concretamente), es muy superior que el que los americanos realizan para aprender otros idiomas. Y, además sirve para descubrir que, para hablar inglés, deberíamos imitar antes que a los expertos en idiomas a los niños. Como explica Tim, que da clase en el Colegio Santísimo Sacramento de Pamplona, “los de Infantil y Primaria no tienen vergüenza, pero los de ESO un poco más, aunque algunos han mejorado su nivel porque quieren hablar con sus amigos y les gusta mi clase porque es más divertida, aprendemos sin saber que aprendemos”.

Alisha, Tim, Chris y Natalia charlan durante la entrevista. (Foto: Héctor G. Barnés)Alisha, Tim, Chris y Natalia charlan durante la entrevista. (Foto: Héctor G. Barnés)
En su caso, el profesor le dijo a todos los estudiantes que no sabía nada de español (aunque lo hable perfectamente): el viejo truco para conseguir que los estudiantes tengan que lanzarse a hablar otro idioma… y que no seguimos los adultos en su día, tan obsesionados por no equivocarnos. Chris sigue un método un tanto distinto: no tiene problemas en utilizar el español con los más pequeños, porque lo importante es que nadie quede atrás: “Si necesito hablar un poco en español lo hago, no quiero que no hagan nada en la clase porque no entienden”.

Natalia, que trabaja en el Colegio Zola de Villafranca del Castillo, recuerda que quizá el gran problema que hemos tenido los españoles ha sido olvidarnos de las clases de conversación, y centrarnos demasiado en lo teórico, en la gramática y en el vocabulario. “Al final hablar en un idioma es expresarte y puedes hacer muy bien un examen pero eso no te enseña a hablar con alguien. Creo que el sistema español está demasiado centrado en los exámenes. Toda la nota se basa en ello”. No sólo eso, sino que muchos alumnos siguen evitando hablar en otro idioma: “A veces por el pasillo les dices 'hello, how are you?' y se congelan porque no saben expresarse. Para mí es importante tener a alguien con quien hablar sobre tu fin de semana, sobre tus juguetes… que es lo que hay que saber cuando hablamos un idioma. Saben gramática, pero les cuesta hablar”.
Hay poco análisis y resolución de problemas, pero mucha memorización y exámenes. Si estudiase aquí me costaría ir a la universidad en otro país.

A pesar del optimismo generalizado, hay determinadas dificultades que aún nos separan del resto de países europeos. “Tienen que dejar de doblar series de televisión y películas”, añade Natalia. “Conozco niños en Suecia y Alemania que hablan perfecto porque el inglés es parte de su vida normal, no es algo que hagan sólo en clase”. Estas diferencias también afectan al sistema educativo en sí, no sólo en lo que concierne a la enseñanza de idiomas. Dentro de los hándicaps que hay en nuestro país, se encuentran, como ellos mismos proponen, una cultura del examen, una pesada titulitis y la burocratización de la enseñanza.

“España está obsesionada por los exámenes”, señala Natalia. Ella recuerda que en su infancia, en Wisconsin, eran mucho más importante el trabajo en equipo y la investigación. Por ejemplo, nuestros alumnos no suelen redactar 'papers', pero sí dedican mucho tiempo a aprender contenidos de memoria. “Hay poco de analizar y resolver problemas de manera crítica, pero mucha memorización y exámenes. No salen muy preparados al mundo. Si estudiase aquí me costaría ir a la universidad en otro país”. “Lo que me parece raro con el inglés es que los niños de Infantil se centran muchísimo en fonética, y no está mal porque me llamo Tim y todo el mundo me llama 'team', como si fuese equipo, así que...”, explica Tim, con humor. “Me parece raro pero funciona, el problema es que en Primaria hay que escribir y les cuesta hacerlo bien hasta tercero o cuarto. No pueden deletrear. Al escribir se nota que no pueden escribir 'papers' de investigación”.
Uno de los roles que estos docentes llevan a cabo es el de ayudar a los alumnos a preparar exámenes como los de Cambridge (PET ante todo, y también First), especialmente en lo que se refiere a la parte oral, y que en muchos casos constituyen las pruebas externas de cada comunidad. Como explica Natalia, muchas veces utilizrn los exámenes y materiales para preparar a los alumnos, de manera que "sepan lo que van a encontrarse". En ese caso, como recuerda Tim, es importante trabajar de manera conjunta con el profesor, que es quien determina los contenidos que se están impartiendo para que el auxiliar profundice en ellos en el aula.

Los profesores, ¿amigos o enemigos íntimos?

Así visto, podría pensarse que el auxiliar puede poner en peligro la figura del profesor tradicional, que no puede competir con otros docentes cuya lengua original es el inglés. No obstante, la convivencia es pacífica, y por ahora, estos nuevos ayudantes son un complemento y no tanto una sustitución. Algunos compañeros, explica Natalia, acuden a las clases que ellos mismos proporcionan para aprender inglés sin, parece ser, el complejo que solemos atribuir a los adultos.

“Las monjas también son profesoras de inglés”, recuerda Tim, quien trabaja en un colegio concertado religioso. “El director es el que mejor nivel tiene. Para ellos soy un diccionario andante: 'Tim, ¿cómo se dice esto en inglés…?' Cuando estoy con los profesores dicen cosas como “revise”, que no significa “revisar”, en lugar de “review”. En Primaria hay un profesor que tiene muy buen nivel, los otros no tanto. A ellos tres les doy clases particulares en horas extraescolares, y lo que descubrí es que el problema no es que tengan un nivel bajo, es que tienen vergüenza. 'No sé si es correcto, no quiero decirlo…' Pero tras unos meses mejora su nivel de confianza y, por lo tanto, de inglés. Durante el recreo o la comida me preguntan cosas. Quieren aprender y mejorar para darle lo mejor a los alumnos”.

“Los profesores hablan muy bien, y en cada curso estamos una hora a la semana junto a la profesora”, recuerda Natalia. En muchos casos, los auxiliares también están presentes en el aula como apoyo al cuerpo docente convencional. “Los profesores también tienen una hora para charlar, y las jefas de departamento una hora aparte más intensiva”. Chris, por su parte, agradece a Corinna, jefa de Departamento de Inglés, que también es de Nueva York, haberle ayudado a integrarse tanto en la escuela como en su vida, la muestra también de que lo de los auxiliares no es un caso excepcional y parece relativamente irremediable que cada vez más angloparlantes encuentren trabajo en nuestro país.

Es un camino muy largo ser profesor en España, y la burocracia aquí es muy complicada
El papel que estos auxiliares juegan no es meramente educativo, aunque su principal función sea asistir a los alumnos en sus conversaciones de inglés, eso que tanto cuesta a muchos docentes españoles. También sirven de enlace cultural. Como explica Javier López Molina, director de UP International Education, dedicada a gestionar los cuerpos de auxiliares, “su presencia revoluciona completamente el colegio, desde el bedel hasta los profesores o los padres. Eso está cambiando muchas maneras de cómo trabajan los colegios. Esta manera de integrar chicos que están completamente dentro del colegio hace que todo haya cambiado mucho. No se dan cuenta, pero traen un trozo de EEUU a un colegio de Tafalla, Úbeda o Pamplona”.

Su presencia, por lo tanto, es también la muestra de que los centros educativos están cambiando y resultan más permeables a nuevas figuras que quizá no tengan la categoría del profesor pero que se relacionan de otra manera con los alumnos, en ocasiones facilitando la tan buscada motivación. A ese respecto, por ejemplo, Chris recuerda que recientemente un alumno le dijo que era “el mejor guiri de Tafalla”, y Tim (que cuenta sus experiencias en su blog) afirma sentirse un poco como una estrella. Especialmente en el ámbito rural, la presencia de estos auxiliares contribuye a proporcionar un punto de vista diferente. Como el propio Chris recuerda, no sólo los alumnos les preguntan por Nueva York, su forma de vida u otros aspectos, sino también sus compañeros profesores o los propios pamplonicas.

¿Están los visitantes aquí para quedarse? En algunos casos da la impresión de que este es un paso superior al de 'au pair' de intercambio, algo que se hace transitoriamente para ganarse la vida y vivir experiencias en otro país, pero en otros, parece el principio de una clara vocación. Natalia, por ejemplo, lo tiene claro: va a estudiar el máster de Formación del Profesorado para trabajar como docente. “Me encantaría trabajar de profe, profe”, señala. En la era de la globalización y la movilidad extrema de trabajadores, ¿quién mejor que un angloparlante para enseñar inglés? Sin embargo, no todo es tan sencillo. Tim explica que la burocracia española es un escollo importante, algo ante lo cual asienten todos. “Es algo que me detiene para ser profesor, es un camino muy largo conseguir todo lo que necesito para ser profesor de verdad, y mi experiencia con la burocracia aquí ha sido… impresionante. Lo que me frena un poco”. Tarde o temprano, incluso los profesores extranjeros deben encontrarse con la dura realidad española.

martes, 1 de marzo de 2016

¿Cómo es la cesta de la compra del 'guiri' en España?



Los alemanes e ingleses son los más 'nacionalistas' a la hora de llenar su despensa
Belgas y franceses compran más producto español
Las diferencias entre banderas se degustan, a la hora de sentarse a la mesa y también al llenar la despensa. En los supermercados de nuestro país compran a diario miles de turistas. Echando un rápido vistazo a una cesta de la compra 'foránea' elegida al azar se puede deducir, con altas probabilidades de acertar, si la ha llenado un alemán, un francés o un inglés.
Según datos recopilados por la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) y facilitados a El Mundo, en España hay unos 2.500 establecimientos que "se han adaptado a la demanda de los turistas extranjeros", sobre todo en las regiones costeras que más los reciben, como son la Comunidad Valenciana, Cataluña, Andalucía, Murcia, Canarias y Baleares.
Entre el 30 y el 40% de los supermercados en estas comunidades han adaptado sus carteles y letreros de información a los idiomas de los extranjeros que más llegan: ingleses o alemanes. Además, cuentan con cerca de 1.000 referencias de productos extranjeros (la mayoría ingleses) sobre un total de 8.000 para atender a la demanda de los visitantes.

¿Qué compra un inglés?

A la hora de hacer la compra los ingleses buscan sobre todo "los productos de sus países de origen", explican en la asociación. Éste es especialmente selectivo con los alimentos del desayuno y compran bollos, pan y dulces de sus respectivos países, así como leche fresca.
El bacon es otro clásico 'british' que no falta al pasar por casa. Inglés, si es posible. Además si estos turistas antes compraban también zumos importados, ahora se han adaptado "y compran cada vez más producto nacional", explican en Asedas.

En la despensa 'española' del alemán

El turista alemán también trata de comprar producto conocido, aunque "es menos exigente" que el inglés. Si este último se entretiene más en las sección de bollería, el germano compra sobre todo conservas vegetales como col roja o pepinillos agridulces estilo alemán.
Los germanos también son selectivos con las carnes y, a pesar de que el producto nacional es sobresaliente, prefieren hacer consumir el suyo: compran salchichas alemanas y también bacon.

El francés, menos nacionalista

A pesar de la fama que pesa sobre los galos, los turistas francófonos (belgas y franceses) son más flexibles que los ingleses y alemanes y se adaptan a los productos que encuentran en nuestros supermercados, aunque no procedan de sus países de origen.
En este sentido, los vinos españoles son de los productos más apreciados para la mayoría de visitantes, que "compra caldos españoles", a pesar de que las bodegas de los supermercados en nuestro país cuentan con un amplio surtido de vinos de otros países.

¿Cuándo compran?

Según los datos de Asedas, los supermercados andaluces se llenan más de foráneos en Semana Santa y verano. En la Comunidad Valenciana, es en Navidad cuando llenan más su nevera. En Canarias y Baleares esta afluencia está más repartida a lo largo del año, en parte porque muchos de los extranjeros tienen residencia estable en estas zonas.
El sector de la agricultura y la alimentación supone un 8,4% de la riqueza nacional y el turismo, un 11%. Nuestros supermercados, señalan en Asedas, sirven de enlace entre ambos sectores tan importantes para nuestra economía.

lunes, 29 de febrero de 2016

El fin de los intérpretes

Saber idiomas es indispensable en un mundo cada vez más globalizado. No hay oferta de trabajo en la que no se demande el conocimiento de otra lengua, y en el caso español el inglés es el más solicitado.
Con todo, esta premisa puede cambiar gracias a los avances en traducción simultánea que se están llevando a cabo en los últimos años. Uno de los últimos y más sorprendentes es el lanzado por Skype recientemente. Skype Translator fue anunciado en 2014 pero no ha sido hasta hoy que el desarrollo ha sido integrado en la aplicación de mensajería y conversaciones de voz.
Como puede apreciarse en el siguiente video promocional, dos niñas de lugares alejados en el mapa y sin conocimientos ambas de la lengua de la otra, consiguen entablar una conversación sin apenas dificultad. La primera es de Ciudad de México y habla español, mientras que la segunda se encuentra en Seattle, Estados Unidos y habla inglés: bit.ly/1Azb1sA
Skype Translator consigue traducir de forma simultánea lo que ambas dicen. De este modo ya no es necesario un intérprete para poder hablar con personas que no conocen nuestro idioma.
Cabrá ver entonces como responde este programa cuando, los interlocutores, a diferencia de las dos niñas del video no usan un registro estándar de su lengua y hacen preguntas un poco más complejas que las que vemos en el documento audiovisual promocional.

miércoles, 24 de febrero de 2016

¿Por qué es mejor aprender inglés en Australia?

ampliar foto
Un grupo de estudiantes españoles en una barbacoa en Byron Bay. Beldisseny
Hace un mes que Manuel Sevilla, madrileño de 25 años, aterrizó en Sidney. Con una doble titulación en Periodismo y Comunicación Audiovisual, sus expectativas de encontrar un empleo cualificado en España eran nulas. Sus ahorros, unos 5.000 euros, le servirían para cruzar el charco y asentarse en Estados Unidos y así perfeccionar su inglés para abrirse nuevas puertas en otros mercados internacionales. Su proyecto se frustró; ninguno de los dos países concede visados de estudiante que permitan trabajar de forma legal al mismo tiempo, y 5.000 euros no dan para tanto.
“No me podía mantener sin un trabajo y tuve que buscar otras opciones. Descubrí que en Australia sí se puede y casi nadie lo sabe”, cuenta Sevilla desde su nuevo apartamento en Sidney, la ciudad más grande y poblada del país, donde convive con 4,2 millones de personas. Desde 2009 se ha triplicado el número de jóvenes españoles que han escogido Australia como destino para mejorar su inglés o matricularse en otro tipo de programas académicos; de los 534 visados de estudiante que el Gobierno australiano concedió en el curso 2008-2009, se pasó a 1.786 en el ejercicio 2013-2014, lo que representa un aumento del 334%.
El Student Visa australiano, que cuesta unos 350 euros, permite estudiar un máximo de cinco años y trabajar 20 horas a la semana, no más. El requisito para conseguir el visado es matricularse de un curso, que oscila entre los 100 y los 250 euros a la semana, y pagarlo antes de tramitar la solicitud. La duración del visado será la misma que la del programa de estudios.

VISADO 'WORK AND HOLIDAY'

Además del Student Visa, el Gobierno australiano lanzó en 2014 el visado Work and Holiday, otra opción a la que solo se pueden acoger jóvenes de entre 18 y 30 años que permite residir durante un año en el país, trabajar a tiempo completo y estudiar un máximo de cuatro meses. A diferencia del otro visado, para este no es un requisito matricularse de ningún programa académico. A partir de julio de este año se abrirá el cupo de solicitudes con un máximo de 500 visados para españoles.
Es necesario acreditar un nivel de inglés de 4.8 en el IELTS (lo que equivale a unFirst de Cambridge) y un mínimo de dos años de FP superior o de un grado universitario.
A Manuel Sevilla le salen los números. Tras varias semanas de búsqueda de empleo en la web gumtree, ha conseguido un puesto de limpiador en un bloque de viviendas por el que gana unos 1.600 dólares australianos al mes, unos 1.100 euros. Paga 800 dólares (515 euros) por una habitación en un piso compartido y le quedan unos 500 euros para gastar al mes. Eso sí, tuvo que anticipar el pago del curso de inglés: 3.400 euros por ocho meses. “En España ganaba 2,5 euros la hora como becario y aquí unos 17. Ha merecido la pena la aventura”, relata el joven sobre su primera experiencia fuera de España.
Otro de los requisitos para adquirir el visado es contratar un seguro médico homologado por el Gobierno australiano, que ronda los 30 euros al mes. El resto es comprar el vuelo, alquilar una habitación, abrir una cuenta bancaria y, lo más importante, tramitar el número de la seguridad social australiano, llamado tax file number, que permite trabajar en el país. 

"AQUÍ HAY MENOS ESPAÑOLES QUE EN OTROS PAÍSES DE HABLA INGLESA"

Mireia Morell en una de sus excursiones por Australia. 
Mirea Morell, barcelonesa de 30 años y licenciada en Psicología, dejó su trabajo fijo en el departamento de recursos humanos en una consultora para perfeccionar su inglés en Australia. Hace seis meses que llegó a Sidney junto a su pareja y ambos lo han hecho a través delStudent Visa.
"Una de los puntos fuertes de Australia es que hay menos españoles que en otros países de habla inglesa europeos", asegura. En su segunda semana encontró empleo como camarera. "Hay que tener un buen nivel de inglés para encajar en un empleo cualificado. Lo bueno es que los sueldos en el sector servicios son muy altos comparados con España, van de los 1.400 a los 1.800 euros al mes", relata. 
El aluvión de estudiantes que han llegado a Australia en los últimos años ha hecho aflorar compañías lideradas por españoles que se encargan de asesorar a los jóvenes en todo el proceso, desde la elección del curso que mejor se adapta a sus necesidades, hasta la búsqueda de casa y el resto de trámites burocráticos. Australian WayAussieyoutoo son algunas de ellas."No les aseguramos que vayan a encontrar trabajo, cada uno se tiene que poner las pilas y recorrer los comercios con su currículum", explica Eduardo Casado, cofundador de Australian Way, que desde 2010 ha ayudado a 2.300 españoles a dar el salto.
"Ha sido un boom, no me lo esperaba. Lo empecé como un pasatiempo para ayudar a otras personas y ahora puedo vivir de ello", cuenta Marta Caparrós, CEO de Aussieyoutoo, de 31 años, que desde que lanzó el proyecto en 2012 ha llevado a 1.400 españoles a Australia. Su fuente de ingresos no son los estudiantes, a los que no cobra por el servicio, sino los acuerdos que ha firmado con más de 50 centros educativos australianos, que le pagan una comisión por cada alumno que les deriva. 
¿Cuál es la ventaja del estudiante a la hora de contactar con una de estas compañías? "Les guiamos en la tramitación del visado paso a paso y en tiempo real con una llamada por Skype, les compramos los vuelos con la vuelta abierta y con 10 kilos más de lo permitido por pasajero y les recibimos en la ciudad a su llegada para acompañarles a hacer todos los trámites burocráticos", explica Caparrós. "Los que estén pensando en venir tienen que tener muy claro que aquí somos inmigrantes; limpiamos, cuidamos niños... a quien se le vayan a caer los anillos, mejor que escoja otro destino", añade.